domingo, 31 de mayo de 2009

El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas.(4a.)


La posada durmió. El trapiche de sangre despertó. Santiago recibió a Gustavo con su carga de miel y polen, tal como le había sido indicado, hora y día exactos. Lo recibió, se sentaron en las banqueticas del depósito, uno frente al otro y conversaron sobre cosas sin mayor importancia, por un rato, hasta que Santiago le pidió la factura de cobro que intercambió por un sobre, Gustavo lo abrió y saco el contenido, un papelito rosado y aterciopelado. Lo frotó entre sus dedos, extrañado, y al levantar la vista hacia su interlocutor, sólo vio oscuridad. Sólo escuchaba algunos ruidos confusos, no distinguía si eran voces o música. Sintió estar acostado y un frío acerado en sus brazos, pero no dolor. Quiso moverse, pero no pudo. Comenzó a desesperarse, pero no podía hablar. El frío aumentó y su conciencia se apagó. Santiago junto a Alicia recogieron en tobos de plástico el drenaje sangriento, el ingrediente secreto de las gotas de vigor lo colocaron en frascos esterilizados y guardaron en las neveras industriales del depósito. Iracundo aseó la habitación y el molino con esmero, la pulcritud retornó sin asombro. Allí no había sucedido nada.
Alicia y Santiago salieron al jardín, subieron la ladera de naranjos, disfrutaron del aroma de los azahares de la noche y del conejito burlón de la luna.

jueves, 21 de mayo de 2009

Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri




Rómulo Gallegos y Arturo Uslar Pietri
La noche anterior a la presentación a la prensa del Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri sentí ansiedad. Las posibles preguntas desfilaron ante mi imaginación de pestañas entreabiertas, de pronto, las figuras de Rómulo Gallegos y de Arturo Uslar se plantaron frente a mí, y conversaron animadamente. Yo, respetuosa de mis mayores, no los interrumpí. Esperé y observé. Al rato se acercaron aún más. Crearon un espacio íntimo, claroscuro.
Me dijo don Rómulo con aliento tibio:
—Las comparaciones no tienen sentido. —Y luego de una pausa añadió —: Si quieren clasificarme como un criollista, eso no te importará.
Don Arturo completó:
—A veces me han señalado como vanguardista, eso no te angustiará. —Y continuó con lentitud—: Eso sí: tienes por encargo defender la literatura y los valores humanos…
La promesa de lluvia esa mañana no se cumplió, sólo una pequeña nube gris se asomó al balcón del Ávila y los dos titanes se alejaron hermanados en un abrazo confiado.

miércoles, 20 de mayo de 2009

El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas.(3a.)


Por momentos, los pacientes avanzados captaban la idea... entendían lo que las mujeres en realidad quieren, expresaban miradas de iluminados, sintiéndose listos para ocuparse rápidamente de féminas, quizás, hasta del mismo tamaño aquel del ejercicio, dejándolas totalmente satisfechas. Subir y bajar, por túneles, pasadizos y puentes individuales, de diversas formas curvas pronunciadas. Deslizarse por las lustrosas superficies, era un mareo agradable, mucho mejor que el producido por el exceso de bebidas alcohólicas, quizás como viajar en bote, donde el secreto es no oponerse al vaivén, ni siquiera cuando en alguna curva se presentaba el holograma tridimensional de figuras femeninas en amable y ansiosa actitud de espera.
Debían apuntar y dar en el blanco en determinado tiempo, en las diversas imágenes que se iban presentando, sin equivocaciones, tal era la destreza que debían lograr, un reflejo condicionado en el que sólo a féminas voluptuosas debería acoplarse, como tiro al blanco, sin errores de cálculo.
Tal fue la perfección alcanzada por uno de los pacientes, que el inflable ¡ZAS! fue perforado. Todo se vino abajo. El paciente tragado ni se escuchaba. La envoltura plástica había cubierto a los pacientes, que aunque confusos, tenían una expresión de satisfacción. Rápidamente Iracundo controló la situación; reconectó la bomba de aire, rescató a los pacientes y los llevó a la piscina de tintura alcohólica de árnica, especial para contusiones. De ahí sí salieron despavoridos. ¡Qué horror, qué ruptura de magia! Sólo el culpable de la perforación mantenía su amplia sonrisa, ni siquiera el árnica le hizo mella; a la hora y tres cuartos comenzó a reaccionar, y exclamó riendo mucho y en alta voz: — Ese aceite tenía algo....
El enredo fue superado, las asistentes e Iracundo recompusieron a los pacientes y los aposentos, Los atendieron solícitamente hasta la hora de retirarse a descansar.

jueves, 14 de mayo de 2009

El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas.(2da.)


(Continuación...)

— En realidad aún no estoy bien enterado de mi problema.
— Como le indiqué, el Dr. Acierta me detalló el diagnóstico de su caso. Ud. adolece de una excesiva estimulación de las células dopaminérgicas del área tegmental ventral; en su cerebro hay mucha acumulación de dopamina, y por lo tanto, confunde las fuentes de placer, y siente la necesidad de repetir las conductas placenteras que cree válidas, en medio de su adicción. Esto es lo que trataremos de corregir... todo está en el cerebro, bueno, casi todo, y debe tomar las gotas de vigor que le entregaré, dos al día, en la mañana. Cuando se le acaben pueden venir y comprar más frasquitos del vigor.
El señor Álvaro se sintió reconfortado al escuchar una explicación tan técnica, y de forma tan fluidamente expuesta por la terapeuta, y por parecerle ella tan bella.
La técnica de aplicación del tratamiento consistía en pinchar ligeramente la piel del paciente, a la que se le había aplicado previamente la untuosa preparación de polen, miel y la toma del ingrediente secreto del vigor.
— Mi idea es que el polen adherido al vello de las abejas, y llevado de flor en flor, fecundando muchas plantas, evidencia que posee propiedades maravillosas de la fertilidad y vigor, tan evidente en los abejorros. ¿Quién duda del poder de una picada de estos heminópteros con aguijón? Esta es la potencia que deseo transmitir a mis pacientes.
— Mi energía es cambiante, un día estoy muy bien y al otro casi no puedo levantarme de la cama.
— Ud. debe desayunar al amanecer, con muchos carbohidratos complejos y proteínas. También consuma miel, ya que es muy energética, y rica en calorías.
La miel que ella utilizaba era producida en la finca de su asistente, Santiago, quien como botánico, especialista apicultor, le proveía de toda la que necesitara, aún en épocas de extrema demanda de terapias y rehabilitaciones de miembros, como esta temporada. En casos extremos él viajaba lejos, con tal de conseguirle a su amada Alice la cantidad de miel e ingredientes que necesitara para sus tratamientos.
Todo tipo de suministros.
En un lateral del consultorio de Alice, se encontraba una de las salas de terapia aeróbica. Allí ella había ideado unos inflables untados de aceite, con diversas formas, una de las cuales remedaban las curvas muy pronunciadas de la actriz más famosa del momento, tamaño gigante, y de las que debían escapar los pacientes participantes, cuando se deslizaban, separadamente, por las superficies del inflable.
La tarea era ardua, como se pueden imaginar, más aún, si se exigía no reírse, so pena de tener que empezar de nuevo toda la sesión, y perseguidos por Iracundo, el espectacular moreno de dos metros de alto, asistente de Alice, quien no dudaba a la hora de aplicar sesiones de neurofeedback, a pacientes que fallaban en los recorridos de inflables lúdicos.
— El gran problema es el aceite —. Gritaba un paciente
— Estoy haciendo un gran esfuerzo, pero ser tragado por estas inmensas nalgas es... en realidad... Glup, Glup, Glup... — Trató de decir otro paciente.
La teoría de Alice consistía en que aplicando esta técnica dramática de contención de la risa, luchando contra tanto estímulo visual, de cosquillas, sensaciones táctiles, al tropezar a ratos con acariciantes superficies, y con de altos niveles de rendimiento aeróbico, la energía que debería dispersarse a través del rostro, abdomen, boca, piernas y espalda, se revertiría en el sistema circulatorio con aumento del ritmo cardíaco, la presión arterial, y por ende en los cuerpos cavernosos. Se establecería una conexión, un aprendizaje condicionado, una respuesta coherente al estímulo recibido. Si huían, perdían la satisfacción, pero si luchaban y persistían el tronco cerebral y el sistema límbico coordinaban una súbita producción de adrenalina y otras hormonas del placer.
Otros tres pacientes sonreían ampliamente, pero en silencio, dejándose llevar por su propio peso, sin oponer resistencia alguna, cerrando los ojos, concentrados, y descubriendo que el cerebro es el órgano sexual por excelencia. El ser humano al estar dotado de tal maravilla, y aprendiendo a utilizarlo al máximo, es como realmente se vive; y la experiencia de vida coloreada por la imaginación es magnífica, única y espectacular, como dicen ahora.

(Continuará...)

jueves, 7 de mayo de 2009

El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas. (1a.)


Alice Itew se despertó descansada y renovada, había sido una noche suavizada por el constante flujo de la cascadita de la montaña que protegía su casa y lugar de trabajo, la posada. El verdor y la humedad creaban una atmósfera nublada, tan densa que casi podrías sentirla, como gentil caricia humectante de tu piel. Ah!! ...la piel, ese divino obsequio de interpretación de vida, es el objeto de trabajo de Alice, el traductor de las terapias que aplica a los caballeros que acuden a ella con deseos de superar debilidades sexuales. Ella detalla cada surco del envoltorio en cuestión, para aplicar sus conocimientos curativos, con dedicación. Cada surco es una línea de vida, es una emoción escrita. La piel es el tamiz de cada quien frente a su propia existencia.
Se acicaló para iniciar sus labores, y ese día era especial, el trapiche sangriento estaba sediento de renovado vigor. Camino a su consultorio, a través del jardín, vio a Santiago, se detuvo y le dijo sonriendo:
—Ya tienes al muchacho controlado ¿verdad? — preguntó
—Tú me tienes controlado a mi, ni siquiera me das un besito de buenos días, maluca. — respondió Santiago
—Déjate de juegos, que tienes mucho quehacer, después tendrás recompensa, si acaso la mereces. — respondió
El consultorio de Alice era un universo perfumado, sus paredes acristaladas soportaban el agua de las fuentes circundantes, así, la sensación de lubricación perfecta, se afianzaba
La primera consulta del día comenzó normalmente. El señor Álvaro llegó puntual a su cita, e inmediatamente ella le ofreció una taza de caliente avena cocida, dando inicio así a la terapia sin que el señor Álvaro lo notase. Vigor, vigor era lo que le faltaba, quizás amor del bueno, pero eso no le incumbía a ella.
—Estoy enterada de su caso, el Dr. Acierta ya me refirió todo detalle, diseñé el tratamiento más adecuado para su desintoxicación completa y recuperación. Le aplicaré resina de helecho macho, miel, néctar floral, polen, unibase al 1%, en mezcla de polvos de Eugenia Aromática, y un ingrediente secreto. Comprobaremos cuánta insensibilidad usted sufre. Pase al cubículo, quítese la ropa, y recuéstese en la camilla. — Dijo Alicia.
La camilla era muy acolchada y amplia, ideal para el relax, con sábanas de algodón impecable y rellenas con hojas de eucalipto. Una suave música se escuchaba de fondo.
— ¿Me quito toda la ropa? — Pregunto el Sr. Álvaro
— Sí, toda. — Respondió ella, con una pequeñita sonrisa hundida en sus mejillas
El señor Álvaro subió a la camilla. Alice llevaba un uniforme rosadito, muy pulcro y ajustado al cuerpo. Su cabello rubio estaba perfectamente recogido en un moño, se consideraba muy elegante. Sus manos estaban sin guantes. Consideraba que el buen terapeuta palpa a su paciente, y sabe en qué justo momento parar o continuar. Esa es la razón por la que ningún robot podrá ejercer la sacra santa misión de los terapeutas, que son seres dotados de una espiritualidad vibrante y extraordinaria generosidad para ayudar a los humanos.
Continuará...