La sociedad se contempla a sí misma a través de la creación artística, aprecia valores compartidos, descubre oportunidades para recrearse y construye nuevos paradigmas.
martes, 10 de noviembre de 2009
La celebración de la caída del muro de Berlín, 20 años después.
El Muro de Berlín cayó el 9 de noviembre de 1989, y constituyó uno de los acontecimientos cruciales en la historia del siglo XX, era algo inevitable, era la consecuencia natural de los cambios que en aquel momento se estaban produciendo en Europa. Después de más de una generación de restricciones, los berlineses se habían vuelto beligerantes y ante la presión el Politburó de Alemania Oriental se vio en la obligación de hacer frente a las demandas e implementó algunos cambios. La confrontación entre los guardias armados del muro, aún no prevenidos de los detalles de control, y lo alemanes orientales allí reunidos fue violenta. En medio de la agitación Egon Krenz, emitió de forma repentina una serie de nuevas normas. A partir de aquel momento, los viajes serían mucho más fáciles para la población del Este. Luego, otro de los miembros del Politburó, Günter Schabowski, anunció el plan durante una rueda de prensa televisada y aseguró que había entrado en vigencia de manera "inmediata", lo cual no eran exactamente las instrucciones. Liberó el dique. Los berlineses orientales no tardaron en reaccionar. Millones de personas comenzaron a presentarse en la frontera exigiendo que los dejaran pasar y lo lograron. En sólo unas horas habían cambiado los límites del mundo político. Se demostró el poder de los medios televisivos y así se daba inicio a la globalización.
En Berlín, los ciudadanos abrían botellas de vino espumoso y festejaron por días. Muchos eran inconscientes de la magnitud del momento histórico que vivían.
Hoy los mandatarios protagonistas de aquel acontecimiento, Gorvachov, Bush y Helmunt Kohl, se dieron cita para reencontrarse y recibir un homenaje en Berlín. Angela Merkel expresó su agradecimiento por el apoyo de EUA y junto a Obama solicitó una movilización similar mundial para enfrentar el calentamiento global. ¡Apoyamos y brindamos por un mundo unido y esperanzado, sin barreras para el progreso humanizado!
Fotos EFE / AP
viernes, 23 de octubre de 2009
lunes, 19 de octubre de 2009
Cumplí años
El día 8 de Octubre cumplí años. Me siento excelente y esta época me parece la más plena de mi vida. He logrado mis metas satisfactoriamente: formar mi familia, la educación de mis hijos, consolidar mis vínculos afectivos con mis hermanas, primos, sobrinos, cuñados y amigos. Extraño a los seres queridos que han partido a otra vida, pero he comprendido y asimilado ese hecho. Estoy en paz. Puedo subirme a lo alto de la colina, ver el camino recorrido y disfrutar de la brisa que envuelve mis ánimos por continuar creando y construyendo mis ilusiones. Siento amor y alegría, fe en la vida.
viernes, 2 de octubre de 2009
Quema. Cuento en cuatro entregas (4a.)
Alicia buscó a Tomás con ansiedad.
—Estoy angustiada, temo que hoy salga algo mal. Cuida por favor todos los detalles, sabes ya que es el tiempo místico, que el muchacho no descontrole la pauta. — le dijo.
—Tranquila mamita, ya tengo el terciopelo preparado, pero ¿y el besito?— dijo Tomás.
—Espérate, la noche tiene prisa, no tengas tú más apuros que ella. — lo cortó.
Gustavo llegó a la puerta de la posada y se encontró con las cocineras.
—Vengo a cobrar mi dinero por la miel, llamen a Alicia. —ordenó.
— Como nié, nos vamo, es tarde, toó aquí es raro. — Le dijo la mayor de las dos y miedosa continuó—: aquí ná se inundó, ni siquiera cuando la vaguada, y ahoritica hasta los bucares están floreaos, anque no es tiempo.
—No, búsquenla, quiero cobrar porque me voy, no aguanto las abejas, me repugna la miel, el moreno, quiero ir a Caracas, a la universidad, quiero que Alicia me devuelva mi libro, casarme con una cantante famosa y viajar. —dijo, entonces con desespero.
Tomás apareció ante ellos, miró a las cocineras, estas salieron corriendo cuesta abajo; se enfocó en Gustavo, le entregó un papel rojo aterciopelado que el muchacho estrujó entre sus dedos, y la voluntad se le escurrió por las piernas. Tomás señaló la entrada al otro lado de la casona, cerró las puertas de la posada. Candados de hierro, centinelas de lo profano. Fueron a aquella otra sala que se llenó de un resplandor perfumado cuando Alicia entró por el portón del fondo. Sonrió a Gustavo. Lo miró a los ojos, se acercó e inclinó sobre él, buscó las mejillas jóvenes y resbaló su boca sobre la de él, sorbiendo sus labios en los suyos, pulposos, sabios; los separó un poco, libró viscosa saliva, que recogió con lengua lúbrica por el asombro de Gustavo quien sintió un fogueo ascendente por sus muslos y rostro. Alicia se irguió triunfante, sus ojos aguamarina se tornaron gris plomo, se relamió lentamente y lo empujó con suavidad sobre el catre dispuesto en el centro del recinto. Contempló su erección. Él recibió sumiso y tranquilo las ondulantes caricias de las manos femeninas que lo desnudaban hábilmente. Tomás sujetó los pies y manos de Gustavo, semejando una crucifixión y encendió los quinqués al borde de las ventanas con cortinas de tul.
Alicia recitó con voz exótica: — Que salga el mal y entre el bien, que limpie tu cuerpo de toda enfermedad y todo daño provocado. —Y luego de una pausa añadió—: eine ganz andere Welt transmuta, hazte presente e intercede para que esta sangre sea bendecida y dotada del poderoso vigor original.
Tomás lavó a Gustavo con aguas de limones, hizo cuatro incisiones a las venas de los antebrazos, la sangre goteó en vasijas de vidrio. Alicia se retiró a un lado, se sentó en un butacón, comenzó a leer el libro y lo cerró cuando las vasijas estaban llenas del vigor. Tomás las colocó sobre la consola de mármol, las tapó con platos de porcelana blanca, selló con cera los bordes de los recipientes, los cubrió con sedas doradas y la niebla densa, cumplió con su protección al botín, secreto de las gotas del vigor, envolviéndolo con su frío. Gustavo bebió jugo de naranja con belladona y durmió el donante escogido para el tiempo nuevo. Tomás ordenó el aposento y salió con Alicia hacia el bosquecito. La niebla ligera, en la ladera, recogió en una cesta de brisas las flores de los bucares y dibujó con ellas nueve círculos concéntricos del espacio perfecto entre los cuatro naranjos en flor. El lecho blando en la tierra de la violácea floresta estaba listo. Alicia desnuda traspasó el umbral de azahares y con ese dulce aroma tejió la gaza que cubrió su piel. Giró con los brazos en alto, dibujó el décimo círculo y colocó en su centro el libro, miró a las estrellas benéficas, se acopló a Tomás y ya complacida cerró los ojos, se acostó en el floreado suelo y acunada por los hilos de aromas, durmió. Su guardián se distrajo en la blancura de Alicia.
Gustavo se estremeció y cayó de la camilla, golpeó los quinqués y se liberó el fuego rabioso que comió aire, cortinas, paredes y techos de caña amarga, salió ansioso ladera arriba a quemar Alicias, mulatos, nieblas, inciensos, naranjales, hierbas o libros. La pelirroja se agitó entre las flamas, sintió las chispas que bailaban frenéticas entre sus cabellos. Creyó que no era posible sentir más dolor al ver su piel arrancada en jirones por lenguas ardientes, y lamida su sangre sin misericordia. Tanteó unos restos carbonizados que pretendieron protegerla, gritó Alicia abriendo paso a sus palabras, arañando el humo que la ahorcaba: — Fuego maldito, quema de libros, traidor de albedríos. —Alicia sintió flotar su cuerpo por encima del calor de negro humo y añadió siniestra—: Tizón enemigo, las letras aunque de cenizas, serán leídas, serán escuchadas las historias y los cuentos, te perseguirán hasta más allá…quemas libros, pero otros más escribirán versos, prosas, y más papeles serán trazados con plumas certeras…con cantos libres…quemas pero no se extinguen las intensidades...las místicas…las brujas no mueren…regresan.
El latigazo de calor despertó a Gustavo sudoroso, allá, en su habitación de Caracas, enredado en la sábana de sudor y semen. Se sentó en el borde de la cama. Jadeó. La realidad se le hizo presente. Confiar en la pelirroja, prestar su libro fue difícil, tenía que esperar que se lo devolviera, no se atrevía a pedírselo por su fama de bruja, pero los posibles pretextos para acercársele, saborear sus melones, manosear sus nalgas, leer cada peca de la suave piel, hacían valer la espera. Quema el sueño del deseo.
Fotografía "Secret garden" by Steph Vegas
martes, 15 de septiembre de 2009
Izcaragua
El viento los empujó adentro de las carpas azules, armadas en la cumbrera de la serranía. Rieron y se acurrucaron cada uno en su bolsa de dormir. Ya era hora de esperar el amanecer entre susurros de sueños y ronquidos, acunados por la blanquecina niebla.
Al amanecer los hermanos del frailejón se apilaban para contemplar cómo se desperezaban las rositas del Ávila, junto a las espadillas azules. Los muchachos levantaron el campamento con rapidez y precisión. Se despidieron de las rocas apisonadas en la tierra seca y vegetación baja. Un grupo de algarabías bajó hacia el mar, el otro buscó camino hacia la ciudad, con la guía certera del “Perico”, colección de lazos líquidos que se precipitaban con fuerza creciente cuesta abajo, con prisa por encontrarse con el “Carupao” para formar el “Izcaragua”. Las dos lanzas frías de agua se abrían paso en medio de todos los matices y tonos del verde salvaje. Iban los secretos de la tierra río abajo ¿Qué escucharía el agua en las entrañas de la montaña para querer huir con tanta prisa?
La luz transformaba la niebla en otra emisaria de la advertencia: “Vive lejos del cauce, como los indios, comprende la fuerza que puede lograr el giro descomunal de los gigantes de piedra.” Sí, sólo los indios entendieron el rumor del río, si mansa las cumbres yacen o si bravas están. Se acercaban con cautela a beber vida, tomar el alimento con la vista alerta sobre la culebra traicionera que puede aparecer.
El mono, la pereza y el cachicamo habitaban la cordillera a su antojo, libres aún de torturas de civilizada barbarie. La guacharaca estaba deseosa de reencontrar alguna melodía para su canto sin acordes y la paraulata plateaba el aire con su vuelo.
El bambú antes quieto se agitaba con la visita del otro río, el de aire, el que flota y menea los juncos para producir música de quebrada.
La larga caminata ya dominaba el destino. Los jóvenes aligeraron el paso entre los gamelotes. El cachicamo husmeó a los extraños y se quedó quieto en su armadura rosada y marrón. El sendero se encontró con el Izcaragua, cauce de transparencias que bañaban piedras redondeadas, hojas de malangas y monte desfallecido, como doblegado al paso de algún rey. Tomás se separó de sus amigos y decidió recostarse en la orilla. Se liberó de la tortura hecha botas. A pesar de la molienda de la piedra, el cansancio lo convenció de un colchón mullido, pues mentira fascinante es la que se desea creer. Y se tendió a lo largo del beso inconstante del agua a la rivera, sintió el tránsito pausado de un río empequeñecido, disfrazado de inocente por aquellos días, indolente de bravuras pasadas y deslaves capaces de arrancar inmensas rocas montaña arriba y hacerlas rodar como trompitos de juguete. Tomás durmió un sueño fresco.
Los ojos saltones delinearon la silueta tendida en su río. Ella fría y babosa se enredó entre los pies confiados, zigzagueó dedo a dedo, tejió con su largo cuerpo, hilos de escamas gris plata, hasta que el último rayo de sol de la tarde fresca, abrió los ojos de Tomás para que vieran el afilado veneno herir su blanca y joven carne.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Quema. Cuento en cuatro entregas (3da.)
—Estoy angustiada, temo que hoy salga algo mal. Cuida por favor todos los detalles, sabes ya que es el tiempo místico, que el muchacho no descontrole la pauta. — le dijo.
—Tranquila mamita, ya tengo el terciopelo preparado, pero ¿y el besito?— dijo Tomás.
—Espérate, la noche tiene prisa, no tengas tú más apuros que ella. — lo cortó.
Gustavo llegó a la puerta de la posada y se encontró con las cocineras.
—Vengo a cobrar mi dinero por la miel, llamen a Alicia. —ordenó.
— Como nié, nos vamo, es tarde, toó aquí es raro. — Le dijo la mayor de las dos y miedosa continuó—: aquí ná se inundó, ni siquiera cuando la vaguada, y ahoritica hasta los bucares están floreaos, anque no es tiempo.
—No, búsquenla, quiero cobrar porque me voy, no aguanto las abejas, me repugna la miel, el moreno, quiero ir a Caracas, a la universidad, quiero que Alicia me devuelva mi libro, casarme con una cantante famosa y viajar. —dijo, entonces con desespero.
Tomás apareció ante ellos, miró a las cocineras, estas salieron corriendo cuesta abajo; se enfocó en Gustavo, le entregó un papel rojo aterciopelado que el muchacho estrujó entre sus dedos, y la voluntad se le escurrió por las piernas. Tomás señaló la entrada al otro lado de la casona, cerró las puertas de la posada. Candados de hierro, centinelas de lo profano. Fueron a aquella otra sala que se llenó de un resplandor perfumado cuando Alicia entró por el portón del fondo. Sonrió a Gustavo. Lo miró a los ojos, se acercó e inclinó sobre él, buscó las mejillas jóvenes y resbaló su boca sobre la de él, sorbiendo sus labios en los suyos, pulposos, sabios; los separó un poco, libró viscosa saliva, que recogió con lengua lúbrica por el asombro de Gustavo quien sintió un fogueo ascendente por sus muslos y rostro. Alicia se irguió triunfante, sus ojos aguamarina se tornaron gris plomo, se relamió lentamente y lo empujó con suavidad sobre el catre dispuesto en el centro del recinto. Contempló su erección. Él recibió sumiso y tranquilo las ondulantes caricias de las manos femeninas que lo desnudaban hábilmente. Tomás sujetó los pies y manos de Gustavo, semejando una crucifixión y encendió los quinqués al borde de las ventanas con cortinas de tul.
Alicia recitó con voz exótica: — Que salga el mal y entre el bien, que limpie tu cuerpo de toda enfermedad y todo daño provocado. —Y luego de una pausa añadió—: eine ganz andere Welt transmuta, hazte presente e intercede para que esta sangre sea bendecida y dotada del poderoso vigor original.
Tomás lavó a Gustavo con aguas de limones, hizo cuatro incisiones a las venas de los antebrazos, la sangre goteó en vasijas de vidrio. Alicia se retiró a un lado, se sentó en un butacón, comenzó a leer el libro y lo cerró cuando las vasijas estaban llenas del vigor. Tomás las colocó sobre la consola de mármol, las tapó con platos de porcelana blanca, selló con cera los bordes de los recipientes, los cubrió con sedas doradas y la niebla densa, cumplió con su protección al botín, secreto de las gotas del vigor, envolviéndolo con su frío. Gustavo bebió jugo de naranja con belladona y durmió el donante escogido para el tiempo nuevo. Tomás ordenó el aposento y salió con Alicia hacia el bosquecito. La niebla ligera, en la ladera, recogió en una cesta de brisas las flores de los bucares y dibujó con ellas nueve círculos concéntricos del espacio perfecto entre los cuatro naranjos en flor. El lecho blando en la tierra de la violácea floresta estaba listo.
(Continuará, ¡una entrega más y ya!)
El comedor del ICC
Un grupo de amigos gratos. Nos reunimos el pasado viernes 4 de septiembre con Jesús González, María Eugenia de González, Margery y Ramiro Carreño, Miguel Ángel Maturén y Olga Fuchs en el comedor del ICC,regentado por Sumito Estévez y Héctor Romero. Me deleité con un pulpo en espuma caliente de papa y ají dulce, continué con Arroz con cabrito al curry y auyama y de postre nos ofrecieron higos en papelón con queso de cabra y agridulce de pimienta guayabita ¡Qué guayabita de consentidera!
Por supuesto acompañé mi cena con un Carmelo Rodero Crianza 2004, mi favorito.
Las reservaciones pueden hacerlas por el número telefónico (0212)992.2429 o por la dirección electrónica reservacionescomedor@gmail.com
Tomen nota y disfruten.
martes, 25 de agosto de 2009
Quema. Cuento en cuatro entregas (2da.)
Sólo movió su mentón hacia adelante en señal de aprobación y como orden para proceder al servicio. Se retiró a un lado de la pequeña cocina, tomó su infusión de cayena con dos galletas de trigo integral. Llamó a Tomás y salieron al corredor donde nerviosa le preguntó: —Ya tienes al muchacho controlado ¿verdad?
— Tú me tienes controlado a mí, ni siquiera me das un besito de buenos días, maluca.
— Déjate de juegos, tienes mucho quehacer, después tendrás recompensas si acaso las mereces. — Respondió Alicia escondiendo sus nervios crecientes.
Caminó apresurada hacia su consultorio perseguida por la niebla ligera que zigzagueaba por entre los helechos; era la caricia humectante de Alicia. Entró y la niebla esperó afuera. La consulta comenzó con el señor Alberto, y le dio las explicaciones: — El Dr. Maldonado me refirió su caso, exfoliaré su piel, le aplicaré resina de helecho macho, miel, néctar floral, polen en mezcla de polvos de Eugenia Aromática. Consultó el libro. Miró al paciente y le indicó: — Pase al cubículo, quítese la ropa y acuéstese en la camilla.
— ¿Toda la ropa? Esta habitación sólo tiene paredes de vidrio.
—Sí, toda. — Respondió con una sonrisa hundida en sus mejillas. — Tome estas gotas del vigor, con agüita de alhelí, relájese, luego una de las asistentes lo conducirá a los baños de vapor, se vestirá, lo llevará a completar sus actividades y lo acompañará a su habitación para dormir o jugar con ella, si lo desea.
Salió Alicia con el libro y la niebla ligera, contenta de ver de nuevo a su ama, saltó animada, siguió sus pasos y revoloteó a su alrededor. Alicia indicó lo pertinente a las asistentes, quienes animaron a los pacientes, y llegada la hora de dormir los acompañaron hasta las habitaciones. Alicia buscó a Tomás con ansiedad.
sábado, 15 de agosto de 2009
Arquitectos fotográfos
Mis colegas los arquitectos Antonio Fernández Elster (foto del Hatillo de noche) y Eugenio Mikolji (foto de la rueda) quien expuso en la colectiva "Nocturnos" de AVECOFA, incursionan en el arte de la fotografía con mucho éxito. En esta oportunidad entregan estos frutos de su esfuerzo por atrapar la poesía de las luces.
¡Naden en ese mar de luz y claroscuro!
viernes, 14 de agosto de 2009
martes, 11 de agosto de 2009
Quema. Cuento en cuatro entregas (1a.)
No le agradó que Gustavo hubiera llegado en la mañana, no le gustaban las alteraciones. Miró el reloj de pared y reordenó su estrategia. El llevó a la posada el polen y la miel, entregaba la mercancía, con desagrado a Tomás, el moreno asistente de Alicia.
Alicia increpó a Gustavo: — Debías llegar a la noche. —Y luego de una pausa añadió molesta—: Ahora sí: Tendrás que esperar hasta la noche para recibir el pago.Dio la espalda al muchacho, quien la miró con rabia y descontento. Alicia supervisó a las cocineras. Temerosas como todos los días, suplicaron en silencio no haberse equivocado en nada y esperaron la orden para servir a los pacientes hospedados.
Título de imagen: livre ouvert
Autor: Trisku
Publicaciones de Editorial Alfa
martes, 14 de julio de 2009
domingo, 31 de mayo de 2009
El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas.(4a.)
Alicia y Santiago salieron al jardín, subieron la ladera de naranjos, disfrutaron del aroma de los azahares de la noche y del conejito burlón de la luna.
jueves, 21 de mayo de 2009
Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri
La noche anterior a la presentación a la prensa del Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri sentí ansiedad. Las posibles preguntas desfilaron ante mi imaginación de pestañas entreabiertas, de pronto, las figuras de Rómulo Gallegos y de Arturo Uslar se plantaron frente a mí, y conversaron animadamente. Yo, respetuosa de mis mayores, no los interrumpí. Esperé y observé. Al rato se acercaron aún más. Crearon un espacio íntimo, claroscuro.
Me dijo don Rómulo con aliento tibio:
—Las comparaciones no tienen sentido. —Y luego de una pausa añadió —: Si quieren clasificarme como un criollista, eso no te importará.
Don Arturo completó:
—A veces me han señalado como vanguardista, eso no te angustiará. —Y continuó con lentitud—: Eso sí: tienes por encargo defender la literatura y los valores humanos…
La promesa de lluvia esa mañana no se cumplió, sólo una pequeña nube gris se asomó al balcón del Ávila y los dos titanes se alejaron hermanados en un abrazo confiado.
miércoles, 20 de mayo de 2009
El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas.(3a.)
Debían apuntar y dar en el blanco en determinado tiempo, en las diversas imágenes que se iban presentando, sin equivocaciones, tal era la destreza que debían lograr, un reflejo condicionado en el que sólo a féminas voluptuosas debería acoplarse, como tiro al blanco, sin errores de cálculo.
Tal fue la perfección alcanzada por uno de los pacientes, que el inflable ¡ZAS! fue perforado. Todo se vino abajo. El paciente tragado ni se escuchaba. La envoltura plástica había cubierto a los pacientes, que aunque confusos, tenían una expresión de satisfacción. Rápidamente Iracundo controló la situación; reconectó la bomba de aire, rescató a los pacientes y los llevó a la piscina de tintura alcohólica de árnica, especial para contusiones. De ahí sí salieron despavoridos. ¡Qué horror, qué ruptura de magia! Sólo el culpable de la perforación mantenía su amplia sonrisa, ni siquiera el árnica le hizo mella; a la hora y tres cuartos comenzó a reaccionar, y exclamó riendo mucho y en alta voz: — Ese aceite tenía algo....
El enredo fue superado, las asistentes e Iracundo recompusieron a los pacientes y los aposentos, Los atendieron solícitamente hasta la hora de retirarse a descansar.
jueves, 14 de mayo de 2009
El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas.(2da.)
— Como le indiqué, el Dr. Acierta me detalló el diagnóstico de su caso. Ud. adolece de una excesiva estimulación de las células dopaminérgicas del área tegmental ventral; en su cerebro hay mucha acumulación de dopamina, y por lo tanto, confunde las fuentes de placer, y siente la necesidad de repetir las conductas placenteras que cree válidas, en medio de su adicción. Esto es lo que trataremos de corregir... todo está en el cerebro, bueno, casi todo, y debe tomar las gotas de vigor que le entregaré, dos al día, en la mañana. Cuando se le acaben pueden venir y comprar más frasquitos del vigor.
El señor Álvaro se sintió reconfortado al escuchar una explicación tan técnica, y de forma tan fluidamente expuesta por la terapeuta, y por parecerle ella tan bella.
La técnica de aplicación del tratamiento consistía en pinchar ligeramente la piel del paciente, a la que se le había aplicado previamente la untuosa preparación de polen, miel y la toma del ingrediente secreto del vigor.
— Mi idea es que el polen adherido al vello de las abejas, y llevado de flor en flor, fecundando muchas plantas, evidencia que posee propiedades maravillosas de la fertilidad y vigor, tan evidente en los abejorros. ¿Quién duda del poder de una picada de estos heminópteros con aguijón? Esta es la potencia que deseo transmitir a mis pacientes.
— Mi energía es cambiante, un día estoy muy bien y al otro casi no puedo levantarme de la cama.
— Ud. debe desayunar al amanecer, con muchos carbohidratos complejos y proteínas. También consuma miel, ya que es muy energética, y rica en calorías.
La miel que ella utilizaba era producida en la finca de su asistente, Santiago, quien como botánico, especialista apicultor, le proveía de toda la que necesitara, aún en épocas de extrema demanda de terapias y rehabilitaciones de miembros, como esta temporada. En casos extremos él viajaba lejos, con tal de conseguirle a su amada Alice la cantidad de miel e ingredientes que necesitara para sus tratamientos.
Todo tipo de suministros.
En un lateral del consultorio de Alice, se encontraba una de las salas de terapia aeróbica. Allí ella había ideado unos inflables untados de aceite, con diversas formas, una de las cuales remedaban las curvas muy pronunciadas de la actriz más famosa del momento, tamaño gigante, y de las que debían escapar los pacientes participantes, cuando se deslizaban, separadamente, por las superficies del inflable.
La tarea era ardua, como se pueden imaginar, más aún, si se exigía no reírse, so pena de tener que empezar de nuevo toda la sesión, y perseguidos por Iracundo, el espectacular moreno de dos metros de alto, asistente de Alice, quien no dudaba a la hora de aplicar sesiones de neurofeedback, a pacientes que fallaban en los recorridos de inflables lúdicos.
— El gran problema es el aceite —. Gritaba un paciente
— Estoy haciendo un gran esfuerzo, pero ser tragado por estas inmensas nalgas es... en realidad... Glup, Glup, Glup... — Trató de decir otro paciente.
La teoría de Alice consistía en que aplicando esta técnica dramática de contención de la risa, luchando contra tanto estímulo visual, de cosquillas, sensaciones táctiles, al tropezar a ratos con acariciantes superficies, y con de altos niveles de rendimiento aeróbico, la energía que debería dispersarse a través del rostro, abdomen, boca, piernas y espalda, se revertiría en el sistema circulatorio con aumento del ritmo cardíaco, la presión arterial, y por ende en los cuerpos cavernosos. Se establecería una conexión, un aprendizaje condicionado, una respuesta coherente al estímulo recibido. Si huían, perdían la satisfacción, pero si luchaban y persistían el tronco cerebral y el sistema límbico coordinaban una súbita producción de adrenalina y otras hormonas del placer.
Otros tres pacientes sonreían ampliamente, pero en silencio, dejándose llevar por su propio peso, sin oponer resistencia alguna, cerrando los ojos, concentrados, y descubriendo que el cerebro es el órgano sexual por excelencia. El ser humano al estar dotado de tal maravilla, y aprendiendo a utilizarlo al máximo, es como realmente se vive; y la experiencia de vida coloreada por la imaginación es magnífica, única y espectacular, como dicen ahora.
jueves, 7 de mayo de 2009
El papelito rosado. Cuento en cuatro entregas. (1a.)
Se acicaló para iniciar sus labores, y ese día era especial, el trapiche sangriento estaba sediento de renovado vigor. Camino a su consultorio, a través del jardín, vio a Santiago, se detuvo y le dijo sonriendo:
—Ya tienes al muchacho controlado ¿verdad? — preguntó
—Tú me tienes controlado a mi, ni siquiera me das un besito de buenos días, maluca. — respondió Santiago
—Déjate de juegos, que tienes mucho quehacer, después tendrás recompensa, si acaso la mereces. — respondió
El consultorio de Alice era un universo perfumado, sus paredes acristaladas soportaban el agua de las fuentes circundantes, así, la sensación de lubricación perfecta, se afianzaba
La primera consulta del día comenzó normalmente. El señor Álvaro llegó puntual a su cita, e inmediatamente ella le ofreció una taza de caliente avena cocida, dando inicio así a la terapia sin que el señor Álvaro lo notase. Vigor, vigor era lo que le faltaba, quizás amor del bueno, pero eso no le incumbía a ella.
—Estoy enterada de su caso, el Dr. Acierta ya me refirió todo detalle, diseñé el tratamiento más adecuado para su desintoxicación completa y recuperación. Le aplicaré resina de helecho macho, miel, néctar floral, polen, unibase al 1%, en mezcla de polvos de Eugenia Aromática, y un ingrediente secreto. Comprobaremos cuánta insensibilidad usted sufre. Pase al cubículo, quítese la ropa, y recuéstese en la camilla. — Dijo Alicia.
La camilla era muy acolchada y amplia, ideal para el relax, con sábanas de algodón impecable y rellenas con hojas de eucalipto. Una suave música se escuchaba de fondo.
— ¿Me quito toda la ropa? — Pregunto el Sr. Álvaro
— Sí, toda. — Respondió ella, con una pequeñita sonrisa hundida en sus mejillas
El señor Álvaro subió a la camilla. Alice llevaba un uniforme rosadito, muy pulcro y ajustado al cuerpo. Su cabello rubio estaba perfectamente recogido en un moño, se consideraba muy elegante. Sus manos estaban sin guantes. Consideraba que el buen terapeuta palpa a su paciente, y sabe en qué justo momento parar o continuar. Esa es la razón por la que ningún robot podrá ejercer la sacra santa misión de los terapeutas, que son seres dotados de una espiritualidad vibrante y extraordinaria generosidad para ayudar a los humanos.
martes, 21 de abril de 2009
Cigarrillos enemigos
jueves, 16 de abril de 2009
Julio Ramos
Nos refirió “El oscuro objeto de la ideología" de Zizec y cómo se producen fenómenos como el de las fanfictions, en el que los usuarios de determinada ficción interiorizan las reglas de ese "mundo posible" en concreto y, conservándolas o modificándolas a su vez, crean nuevas ficciones dentro del mismo mundo posible
The Pervert´s Guide to Cinema, originalmente una emisión BBC en mini serie, dirigida por Sophie Fiennes, es la oportunidad de Zizek para exhibir su predilección por la contrariedad, considerando al sexo como poco menos que la misma alegría por el debate de la perversión. Centrado en el idioma de Hegel, su premisa básica es considerar al cine una fantasía espejo de la identidad humana y la complicidad de los espectadores para otorgar este poder.
La película El Pervertido de la Guía de Cine es un rico e ingenioso psicoanálisis de las películas de Hitchcock, Lynch y otros directores. Películas de ciencia ficción tienen mucho que ver con la realización de los deseos ocultos, de hecho, el tema subyacente de la película es como, el cine no sólo juega para nuestros deseos, deseos que no nos gusta admitir que tenemos (y, sin embargo, las películas de brutal asesinato y el sexo perverso se venden semana tras semana).Es posible pensar que incluso el cine nos dice lo que es deseado. La película pone de manifiesto la casi infinita sutileza de lo que el psicoanálisis puede descubrir de nuestros pensamientos y sentimientos, y al mismo tiempo ser muy simplista. Si es el arte de nuestro tiempo, pone de relieve las ambivalencias sobre nuestra libertad.
Slavoj Zizek es lo más cercano que tiene la teoría crítica contemporánea a una estrella de rock, porque se ocupa de regularla con análisis controvertidos y provocadores como con la asociación de 300 a una parábola de guerra anti Irak.
Señala Zizek: "(...) el modo de funcionamiento dominante de la ideología es cínico... El sujeto cínico está al tanto de la distancia entre la máscara ideológica y la realidad social, pero pese a ello insiste en la máscara. La fórmula sería entonces: ellos saben muy bien lo que hacen, pero aún así, lo hacen". La razón cínica ya no es ingenua, sino que es una paradoja de una falsa conciencia ilustrada: uno sabe de sobra la falsedad, está muy al tanto de que hay un interés particular oculto tras una universalidad ideológica, pero aún así, no renuncia a ella"
jueves, 2 de abril de 2009
martes, 3 de marzo de 2009
La muerte y el mar
jueves, 26 de febrero de 2009
La sardina de Naiguatá
jueves, 19 de febrero de 2009
Especializacón en Gestión Socio Cultural USB
domingo, 8 de febrero de 2009
Hasta despedirme de mí misma - Selección de poemas -
El tiempo cargado de odios arañó a la tierra de mi génesis.
Soportó el embate de afrentas y aún azotada,
Acunó vida y civilización, vientre de esperanzas y de tolerancia.
Danzan alegría y fe,
Curan las heridas de la injusticia,
Acarician a su agresor y limpian sus mejillas de lágrimas.
El perdón se infiltrará en sus entrañas,
Logrará el florecer de esta Tierra a la caridad,
Esencia de perfume sublime del ser humano.
Un niño y sus padres ven en el horizonte el avance de una tormenta, se sobrecogieron y se abrazaron:
— ¡Mamá, papá, tengo miedo! — Exclamó el niño, y luego de una pequeña pausa añadía con otro grito—: ¡Hermanos, hermanos, corramos al refugio, pronto llegarán los truenos!
Los otros niños asustados obedecieron el llamado, se reunieron en torno a la madre y el padre con angustia.
—Calma hijos, nuestro Dios no nos abandona. —Dijo con serenidad el padre, luego de un cariñoso abrazo—: El verdadero refugio es Él, caminaremos erguidos el sendero de la verdad, bajo su protección.
Las furias pasaron confundidas y se disiparon en el arcoíris.