La vida emergió del mar hace mucho atrás, ahora es la muerte la que sale a flote.
¿Cuántas señales serán necesarias para rectificar nuestra conducta con el planeta? Los delfines y ballenas son unos mamíferos sumamente importantes para el equilibrio marino y terrestre, sería un error inmenso no hacer caso de este terrible evento. La inercia de estas vidas extenuadas es un grito de auxilio. Seamos sensibles a la huella mortal que estamos generando. ¿Nos apiñaremos en un futuro próximo como estos inocentes seres, contra las arenas de la indolencia?
3 comentarios:
Sin duda muy triste Olga. Y seguimos sin oír estos clamores.
Es deprimente, pero debemos actuar a nuestra escala sin desmayos.
Saludos amiga!
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