Necesitaba estar a solas, irse a la playa, estar sola unos días. Los Roques la recibieron, con sus azules vitales y su franqueza luminosa, que una vez más, la extasiaron.
Se enrumbó, junto al resto del grupo de turistas, hacia Francisquí del Medio, a bordo del catamarán desvencijado. Se dejó llevar por el vaivén del trayecto. Se sumergió en sus pensamientos, sintió intensos deseos de sumergirse también en el mar y perderse así en una sensualidad acuosa. El olor, la brisa y el sol, la besaron lascivamente por todos lados, aún por debajo del trikini. Ella se entregó.
Su abstracción llamó la atención de una jovencita, quien no soportó la curiosidad ante aquel ensimismamiento e interrumpió la privacidad ajena:
— ¡Señora, señora! — Al obtener la atención requerida y luego de una pequeña pausa, añadió —: ¡Si quiere le puedo brindar galletitas Oreo, para compensar lo salado del mar en la boca!
— Yo tengo Whisky Glenfiddich Single Malt — respondió la mujer, observó el silencio de la joven y continuó —: Si quieres, lo puedes tomar con agua de mar.
Olga Fuchs 2010, Venezuela © Derechos Reservados
Foto: Olga Fuchs Locación: Los Roques, Venezuela
4 comentarios:
Así es amiga, defender la privacidad, la sensualidad y el whisky!!!!
Ajá le podéis acompañar con patacones
Apreciamos la reciedumbre de la mujer madura en contraste con la ingenuidad boba de la joven, quien aún no conoce lo suficiente de la vida, y tiene curiosidad por aprender y experimentar. Buen contraste y buen relato sensorial.
A ese mar y a esa brisa si les dejo interrumpir mi privacidad. ¡Continuaremos!
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